Sobre mi

Mi nombre es Ysa Marín, fundadora del Arte del buen Vivír, soy Terapeuta Transpersonal especializada en Paliativo, Duelo, crecimiento y desarrollo personal, siento que llevo con el crecimiento personal desde muy pequeña, aunque de manera consciente desde el 2007, amante de la filantropía, del estudio de la consciencia del ser humano y también de la cultura y el arte. Me considero polifacética por mi facilidad en romper la zona de confort y eso me ha dado y me da altos niveles de resolución y creatividad cortando patrones y creencias limitantes por mis experiencias personales y laborales.
A la edad de los diez años viví la muerte de mi padre y eso me generó una apertura muy amplia en mi mente para poder ver y vivir de forma diferente la vida y la muerte.
Llevo prácticamente toda mi vida en busca de respuestas a través de vivencias adquiriendo más nivel de consciencia a través de la muerte, ya que considero y creo de manera experiencial que este proceso es una gran escuela y los moribundos unos grandes maestros.
Empecé como voluntaria y al día de hoy sigo contribuyendo una parte de manera altruista acompañando en atención psicosocial en enfermedades avanzadas como Terapeuta Transpersonal.
El mindfulness, escucha activa, compasión, inteligencia emocional, interventora, coaching estratégico y algunas más me dan las herramientas para poder ayudar en las distintas fases emocionales de esta experiencia.
Mi curiosidad es la que me da el conocimiento en persistencia , adquiriendo creatividad para elevar el potencial mucho más a mi misma y a este proyecto con el objetivo de hacer un mundo más compasivo y mucho mejor en unión.

El arte del buen vivir

El Arte del Buen Vivir es un proyecto interconectado Humanista, nuestro trabajo espiritual y científico se desarrolla en dos partes, el "Acompañamiento en el proceso de morir" y a vivir en consciencia plena.
Nuestra labor como acompañantes en el proceso de morir es poder ayudar a evaporar el sufrimiento, el miedo y el temor en los pacientes, familiares y amigos para que se pueda vivir esta experiencia de una manera más digna, liviana, en gozo y natural en cualquier edad, religión o clase social.
Nuestra ayuda e implicación brindando apoyo emocional, comprensión para que el paciente se sienta en paz consigo mismo y con sus creencias mientras se enfrenta al final de su vida.
El acompañamiento espiritual desde una perspectiva humanista y emocional se centra en brindar apoyo compasivo y comprensión profunda, se enfoca en aspectos como el significado de la vida, las relaciones personales, el perdón, la reconciliación y el legado que uno deja atrás. Esto puede incluir escuchar activamente, validar los sentimientos del paciente, resolver conflictos pendientes y facilitar la conexión con los seres queridos. Es un enfoque que se basa en la humanidad compartida y el reconocimiento de la importancia de la dignidad en vulnerabilidad, trabajo de soledad social, el bienestar y el transcender.
Otra parte importante del acompañamiento espiritual desde la perspectiva humanista y emocional es el enfoque en la autonomía y la toma de decisiones informada por parte de la persona que está muriendo. Esto implica respetar sus deseos, valores y preferencias en cuanto a su cuidado médico, tratamiento y cuidados paliativos.